Lo dicen los filósofos más listos:
es puerta de saber conocimiento
de los propios afectos desafectos,
díscolas mariposas afiladas
que danzan con compás de punta hueca
sobre la masa gris y masa roja,
reblandeciendo a coces las crudezas.
El velo del pasado o vida fácil
se rasga fulminado por el rayo,
sólo quien sabe cosas, se conoce,
busca desnudo abyecto la nobleza.
Aun con vestido harapiento de andrajos
el saber tiene lugar que ocupar
de certidumbre gris metros cuadrados
(sin superficie tridimensional)
que iluminan, ilustran los senderos.
Soy amigo de Sócrates cicútico,
partera de mi vida intelectual,
más de verdad amigo de verdad.
Dos cosas en la vida común nuestra
perecen en la tinta del olvido
mas truenan en mi mente irrenunciables,
te escribo la primera delicado:
Si de cama no pude ni podías
aplicar el saber del "savoir faire",
perdona por mi parte, que soy hombre
y mi hombría, además, es no mentir;
quizás fuiste mi madre, no mujer;
quizás no supe ser lo que querías;
yo hice cuánto pude, amor rabioso,
voluntarioso músico inocente
ninguna vez oí de tu instrumento
los acordes felices y rendidos
y yo tocaba teclas afinadas
largo preliminar, reto bucal,
pero no pude ver tu guitarreo
de curva estremecida y resonante.
El peso de quehaceres cotidianos
pesaba más que el peso de mi cuerpo,
todos tus quepensares acallaban
los dedos y las voces, mermelada
sonora como el bote de cristal.
Mil segundos no daban y no dan
ninguna segunda oportunidad.
Lavaba con mano triste mi honor,
tú buscabas reposo para piernas
que nacieron cansadas del amor.
Yo vine a ti sediento de caricias,
dispuesto a derramarme en cien sudores,
ansioso de aprender entre tus muslos,
duro como manzana de árbol verde,
repetidor gustoso todo el curso.
Pero fui poco a poco como el yeso
resquebrajado siempre por tu mallo
de niña inapetente inexpresiva;
lo que antes era armado y cementero
se fue volviendo blando y arcilloso,
manzana carcomida por gusanos
perdida para el futuo del futuro.
Desde el dolor distante pido sólo
que algún zen sexual sí te despierte,
aunque no sea yo, mal que me pese.
Ahora soy ecce homo sexual
después del via crucis contigo hembra
y sigo heterodoxo en lo del sexo.
Imagina qué heridas como hombre
arrastro desde entonces, cuántos miedos,
yo no soy expectante un agujero
cuyo máximo mérito contrae
virtudes femeniles del canal;
yo debí ser activo de arma blanca,
decirte con firmeza lo sé todo,
si incluso por grandeza y humildad,
te dije visitemos a doctores
en busca de consejo y solución.
Colgaré de otros brazos curvilíneos,
recodaré a las buenas lo sabido,
los besos, los deseos, el buen sexo.
© by I.M.C.
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