sábado, 19 de febrero de 2011

Retorno a la vida - Vida de retorno

El cuerpo nos pidió volver a casa,
brindó señal de alarma irrefutable,
le recordó al futuro los peajes
del presente que vive quien arriesga.
Pagamos porcentaje a santo mánager,
alquilamos la casa, sin nostalgia,
con luz de ilustración, de interruptor.
Pagamos internet, contrato breve.
Enseñamos palabras y los dientes
a los niños que creen que España es nada:
siesta, fiesta, shakira, Cuba. ¡Basta!
Buscábamos grandeza respetuosa,
encontramos, salvando las distancias,
gentes de cuerpo grande, dominadas,
por el control ajeno y la obedencia,
personas sin amor y con amok,
redondeces con hijos sin un padre,
hechas de mahonesa y chocolate,
no nacidas de gusto por comer,
sino grises montones de tristeza
debida a sal y azúcar que les falta,
al frío, dentro y fuera, que los mata.
Vivivmos la ficción de ser ciudad,
siendo pueblo, sin universidad.
Vivimos la distancia en Deutsche Bahn,
tan lejana y tan cara, que no acaba.
A(r)renales quedamos sin ser playa,
de nadar en el agua tropicana.
Libres del yugo-sangre, pese a todo,
conquistamos prestigio, gente, amigos.
La operación retorno es intervivos,
y supone treintena, paro, filo,
volver a lo podrido, sin sentido.
Y sin embargo, importa, aquí seguimos,
en la brecha de siempre, por volver,
con corazón que sabe a fortaleza,
dispuestos a querer y a que nos quieran,
con ganas de probar lo excepcional,
porque vivir la pena, bien lo vale,
porque vivirlo, bien vale la pena,
porque vivirla bien, pena, lo vale.

© by I.M.C.