domingo, 22 de junio de 2008

Vida lítica

Todas las olas que el tiempo
necesitó propulsar
a acantilados ariscos
para pulir, lima de agua,
los cantos y las esquinas
que primero fueron riscos,
luego, rocas; luego, arena.
Todas las vidas que el tiempo
necesitó renacer
en cuerpos de carne fresca
para pulir, lima de almas,
los defectos y maldades,
de los seres imperfectos:
primero fueron cazurros,
luego neutros, luego sabios.
Lo importante del ser hombre
o mujer o hermafrodita,
lo importante de lo humano
demasiado
no es el importe privado
ni el traje de estudios altos
sino el camino de vidas
que conduce hasta la propia
y que esconde en los recodos
sumatorios de alegrías
con varias penas restantes.
Los hombres parecen piedras
no tanto porque no sientan
sino por la fricción mutua
que carcome sus aristas.
Todos en el mismo saco,
los cantos se redondean.
Todos la misma cantera,
todos esconden el brazo
mientras lanzan el guijarro
contra el granítico hermano
que se crió en la pedrera.
Algunos se pulen tanto
que se mezclan con el polvo
y son soplo de reloj.


© by I.M.C.

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