Cuando el sueño persigue sin descanso
mis ojos que se duermen soñadores
tus ojos me despiertan con su luz,
un mar de chocolate, miel, castañas.
Ellos son para mí como un hogar,
un cobijo seguro, siempre cierto,
cuando me duele el frío del invierno,
cuando hiere el calor en el desierto.
Puedes ser fresca, cálida, melosa.
No existes todavía y ya te sueño,
te pienso, te describo, te penetro.
Seas quien seas tú, te encontraré
y sabré de inmediato que me buscas.
Aguarda con paciencia mientras tanto.
© by I.M.C.
martes, 3 de junio de 2008
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