miércoles, 17 de septiembre de 2008

Tempus fugit

El tiempo se destensa como chicle,

se contrae, se conlleva, se soporta,

se concentra en el núcleo del orgasmo,

polvo que suelta a golpes un diamante.

Somos pocos segundos de un instante,

el estertor de un viento divinal.

La suma inacabada y resultante,

enésima nacida de tú y yo.

Los días hacen años que son siglos,

centurias o milenios hacen eras.

Tú eres la mota pura en cuadro eterno,

llevas años a cuestas, llevas días,

en un tener que es mutuo, de los dos,

del tiempo (o Dios) y tú, de nadie más.

Los segundos se escapan al retrete,

o corren afanosos al amor.

Las horas del futuro se te clavan

cual proyectil incógnito de fuego,

filtran sobre tus hombros su veneno.

No divisas mañanas ni alboradas

sirves como carnaza a novedad.

Volver la vista atrás te es imposible,

lo nuevo llega a saltos y de espaldas.

Lo viejo ya no existe o es patraña.

El hoy se te desliza entre las palmas:

plántate en el presente con regalos

de tierra, de agua, fuego, de ventadas.

Te queda lo que no queda, vivir

sin condena, eslabón, sin ayer ni hoy.

© by I.M.C.

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