sábado, 20 de septiembre de 2008

Cocinar un poema

Dar en el blanco con negros

caracteres en sus tinta

presenta dificultades

al cocinar las palabras.

Unas veces sobran comas,

otras veces sobran verbos,

algunas, faltan los puntos,

y siempre faltan silencios.

Olla de luz y sonidos

se revuelve en caldo lúdico

a fuego lento de mente,

que digiere o regurgita,

en butano enloquecido

regulado por la vida.

El adobo en vinagreta

lo vuelca delicadeza,

vestida de mano férrea,

que machaca sangre y piedra.

Chuchillo se hunde en gangrena,

cauterio restalla herida,

desarticula, despieza

las torsiones del suspiro.

Sopla de espíritu el fuelle,

aviva llamas extintas,

vía de falsa ceniza.

Agraces sazonan miedos,

caricias endulzan tedios,

salaces inflaman versos.

El plato del disgusto da

sabores evanescentes

en guiso de vida y muerte;

la filosofía toda

se degusta en sopa boba

de letras conmovedoras.

© by I.M.C.

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