Estuve enfermo de ti,
pero luego me curé;
Fuiste un vicio para mí,
me dejaste hecho puré.
Tu dosis no me bastaba,
crecía mi (in)tolerencia:
muscular, endovenosa,
de aspiración, subcutánea
las esencias de tu amor
casi me matan la vida,
me revienta el corazón,
o me explota la cabeza,
o me deja a cero doble.
encerrado en mi cubículo,
escarbándome en las clapas,
cegado por tu sustancia,
botando sobre mi cama,
sin afeitarme la barba.
Mis venas estaban todas
llenas de picadas blancas,
avisperos hormigueaban,
sangre de horchata y de lava.
Chocaba con la pared
pero no estaba acolchada;
me abrí la cabeza a golpes,
por ver si el melón sangraba.
Y si me metía chutes,
torcía hasta la mirada.
Me aferraba a cada micra
de perfume estupefacto,
que salía de tus nalgas,
que salía del triángulo,
cuando empujábamos, yo émbolo,
en un túnel sin retorno.
Vertí lágrimas arrítmicas,
en un síncope de infarto.
Casi me muero, lo sé
pero así vivo, así siento,
pero así vivo, así pienso,
todas las veces que vivo,
todas las que pienso y siento.
Tengo la libertad del heroinómano,
la adicción de correrme
cien abismos que me digan
que sigo vivo, peleo;
la manía del héroe, su locura,
la sed y el hambre de chungos,
agujas de fakir dentro,
morados y moratones
me recuerdan psicotrópicos:
el cerebro me revienta
- como a dobermann infecto
que devora a dentelladas
cadáveres que amanecen
en una cama prestada -
y por eso necesito
droga dura del afecto,
mas no aquel de fuente extraña,
de camello con dos tetas
que me empeta en la matriz.
De verdad que necesito
la droga de estar en mí,
en los demás y morir,
después de inyectarme en vena
todos los años que pueda.
Aprendí de la catarsis,
cuando entré en proyecto hombre,
vestido de cicatrices,
con la cabeza afeitada
y con el alma hecha trizas.
Llevé camisa de fuerza,
y empecé a vomitar sangre
mezclada con bilis negra.
Los temblores de mis noches,
hechas de nada y tiniebla,
se escuchaban en la casa
de salud mental ajena.
Me quedaron pocos kilos,
demacrados pero limpios.
Lo que fue proyecto existe,
sudado, llorado, terso,
un hombre de piedra y carne,
independiente, curado,
con cerebelo más grande,
con ventrículos crecidos,
sin síndrome de abstinente.
© by I.M.C.
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