domingo, 7 de septiembre de 2008

La sustancia de los tristes

La sustancia de los tristes

aflora flor de ceniza

y savia de sabio amargo;

la sustancia de los tristes

verbos, besos, existencias,

libros, cantos y sirenas

reboza con unto el cuerpo

y lo encala con cal negra,

como pizarra de penas.

La sustancia de los tristes

es un magma hereditario

mezclado con el llamado

de vocación voluntaria.

La sustancia de los tristes

retuerce pero no parte,

aprieta pero no ahoga,

se retrasa sin demora,

revuelca sin beso en carne,

en revolcón de vinagre.

Materializa somática

los gritos de cualquier Munch

que de amor se desgañita.

La sustancia de los tristes

recorre de tiempo un lapso

con una prisa tardía

que sin rumbo se derrumba

en segundos que se pierden

en pozo de noche y luna.

La sustancia de los tristes

cabalga por entretelas

hechas de carne y de sangre

y brota del corazón

sombrío de ciega tarde.

La sustancia de los tristes

amasa gris el cerebro

instalada entre dos mundos,

sabedora de lo eterno,

vividora de lo efímero:

lo primero es el segundo.


© by I.M.C.

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