Dame de tu piel un cacho;
de tus músculos, un trozo;
quiero de tu sangre un chorro;
de tus impulsos eléctricos,
dame una descarga y tiembla.
Cirujana de amor reparadora,
reconstruye con besos de costura
la bomba que me explote consanguínea,
que salga de mi cuerpo dando saltos;
injerta con tus manos carne tuya
en mi sombra podrida, casi muerta,
devuélveme la vida en arrebato;
regálame un latido resonante
que llene cavidades olvidadas.
Rasgadura irreparable
de animal eviscerado,
cuando abrí mi corazón
me lo partieron por dentro,
tras arrancarlo de cuajo
con un gesto de desprecio.
No queda cordialidad,
no quedan corazonadas,
tan sólo viento en el pecho:
me parezco a la manzana,
descorazonada en centro.
Rehaz tú, seas quien seas,
el órgano del bombeo
para que llegue la sangre
a mi polla y mi cerebro.
© by I.M.C.
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