lunes, 6 de octubre de 2008

Dolor relativo


Mi parto de soledad
me susurra en los oídos
que estoy, por dentro, partido.
El mar de mis sentimientos
tiene por fuera oleaje
y en el fondo hielo quieto.
Mis quejas parecen vanas
y son, más bien, un lamento
del niño que estando sano
Llora porque no es perfecto
(dice que no lo quisieron).
Más rotos están de veras
quienes de verdad se fueron
y no escribieron poemas:
todos los cuerpos inertes
que se murieron de hambre
que se murieron de pena
que se murieron de guerra
que se murieron de muerte.
¡Qué caprichosas mis lágrimas!,
de pura tinta armoniosa,
de filosofía yerta
mientras otros mueren vidas
que ni el Diablo quisiera.
© by I.M.C.

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