domingo, 5 de octubre de 2008

La vida del péndulo

Sí, no, sí, no, sino, si no

sabes lo que quieres,

reniega de afirmaciones

y de negativas tontas;

persigue tu destino sin descanso,

consigue condiciones de verdad;

tu remolino de cierzo

te encapota las luciérnagas

escondidas tras los párpados;

restriega bien tus ojos, alumbrados,

límpialos de arenillas nefropáticas;

orea tus jamones al buen viento

que arranca a la veleta del tejado.

Sí, sabes siempre qué deseas,

lo que domina tu alma, la subyaga,

lo que el cuerpo te llena y te vacía;

no quieres que el placer acabe nunca,

prefieres con justicia finar tú;

no quieres un querer de pacotilla,

de rifa o lotería en discoteca,

de dos piernas abiertas, mal triángulo,

porque te entrega un hueco y cierra el otro,

donde esconde con llave sus secretos.

Ni ignoras ni conoces lo prescrito,

ni ignoras ni conoces libertad,

trazas líneas de presente

como escribiente viviente;

entregadas ya las cartas

por crupier desbarajuste,

te juegas fuego con hielo,

satisfaces requisitos

para seguir existiendo;

sigue preguntando al cielo

sigue consultando a infierno,

pues se ocultan entrambos en tu pecho.

© by I.M.C.

No hay comentarios: