Sí, no, sí, no, sino, si no
sabes lo que quieres,
reniega de afirmaciones
y de negativas tontas;
persigue tu destino sin descanso,
consigue condiciones de verdad;
tu remolino de cierzo
te encapota las luciérnagas
escondidas tras los párpados;
restriega bien tus ojos, alumbrados,
límpialos de arenillas nefropáticas;
orea tus jamones al buen viento
que arranca a la veleta del tejado.
Sí, sabes siempre qué deseas,
lo que domina tu alma, la subyaga,
lo que el cuerpo te llena y te vacía;
no quieres que el placer acabe nunca,
prefieres con justicia finar tú;
no quieres un querer de pacotilla,
de rifa o lotería en discoteca,
de dos piernas abiertas, mal triángulo,
porque te entrega un hueco y cierra el otro,
donde esconde con llave sus secretos.
Ni ignoras ni conoces lo prescrito,
ni ignoras ni conoces libertad,
trazas líneas de presente
como escribiente viviente;
entregadas ya las cartas
por crupier desbarajuste,
te juegas fuego con hielo,
satisfaces requisitos
para seguir existiendo;
sigue preguntando al cielo
sigue consultando a infierno,
pues se ocultan entrambos en tu pecho.
© by I.M.C.
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