Deja que te descubra, misteriosa
portadora de eternos femeninos,
mujer, hembra, leona, mosca muerta.
Yo quiero desvirgar tu secretismo,
sin ser primero en nada, sino el último,
el que quede contigo, el escogido;
que tus palabras caigan en mi oído,
que tu impulso contracto se me agarre,
que tintineen risas en tu boca
al escuchar mi voz y mis palabras
crepitar con el fuelle del ingenio.
Quiero otra vez caer en alguien nuevo,
en el verde olivero de tus ojos,
en el aceite turbio de tu cuerpo,
en el mar ondulado de tu pelo.
Quiero, te digo en serio, te confieso,
que tu trino rezongue mañanero
despertares al alba del café;
que ronquidos, gemidos, gorgoritos
amanezcan cansancios copulados.
¡Canta canción de cuna a mi costado!
© by I.M.C.
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