sábado, 25 de octubre de 2008

La mouse en la musa

¡Cuántos besos pasaron por tu boca,

cuántos muerdos comieron tu piel toda;

cuántos dedos pasearon con sus yemas;

por ángulos redondos de tu cuerpo;

cuántas manos rendidas te peinaron;

cuántos ojos quedaron sin mirada,

perdieron parpadeo al ver tu rostro,

congelaron la imagen imposible

de la beldad huidiza que te encubre;

cuántos hombres batieron, alquimistas,

en tu roja marmita plata blanca,

de tus minas el jugo más fundido;

cuántos duendes oyeron esa música,

al salir de tus labios pitagóricos,

que detiene del tiempo y de los ríos

el correr afanoso hacia la muerte!

No sé si eres constructo de un poema,

el sueño de una idea en mi cerebro,

pero sé que me creo lo que siento,

pero sé que en ti creo, si te veo,

y sé que ser contigo quita penas.


© by I.M.C.

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