Somos lo que somos solos
hasta juntarnos con otros.
Entonces somos los dos
y en la suma de tú y yo
cabe un nos que comunica
el sí tuyo con el no
que supongo que sí es mío.
En alteridad idéntica
edificamos hogares
de identidad alterada,
mano con mano distinta
fango, lodo, tierra, grava.
Psique de encastillamiento,
alma diversa y compleja,
la expresión de vida mínima,
la celda unicelular,
se deshace por hallar
alguna pluralidad.
Dos átomos hoy se encuentran,
gotas de mercurio unidas
en un proyecto común
de máscaras desveladas
que renuncian al telón.
El individuo indiviso,
cifra santa de la mónada,
el número primo divo,
cuya raíz es sí mismo,
se suma y se multiplica
para volver luego al cero
de inexistencia binaria.
© by I.M.C.
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