sábado, 25 de octubre de 2008

El (sin)sentido de la vida

Buscas, tonto, el sentido de la vida,

que pasa sin sentir, sin darnos cuenta,

y nos rinde con réditos adversos,

un balance que salda a precio bajo.

El sentido, se siente, está perdido,

no es nada externo a ti, porque deviene

al modo de las obras de albañil

que extiende sobre el suelo su escultura

de portland, argamasa, grava y agua.

No creas en argucias filosóficas,

el timón de la vida no reduce

las opciones alternas a una fórmula

de responsión unívoca certeza,

el vivir adereza sinsentidos,

manías circulares y centrífugas;

a veces estás loco, de psiquiátrico,

mas nadie cura tu alma, que se pierde,

los fármacos sojuzgan tus fantasmas,

sueltan riendas a tristes presidiarios.

A veces estás cuerdo, de sistema,

prostituyes tu vida por un sueldo

que te aproxima al suelo, que te aliena,

deja tu libertad en manos de otro,

te pone culo en pompa a cuatro patas,

en sodomía impuesta sin placer;

Si repentino zen te parte en dos,

buscas el sinsentido de la vida,

camino que te rige en la distancia,

brújula del principio rectoral;

tu dirección que sopla con la boca

te conduce del viento cardinal

al punto volitivo que tú escoges;

si tu deseo impacta contra un muro,

aprendes que tu yo posee lo tuyo,

y olvidas circunstancias derrotadas;

afirmas sobrehumano tu natura,

buscas otros quereres y otras dunas,

otras pruebas, batallas, playas vírgenes,

miríadas soportas de rechazos

pero tras cada hachazo del destino

te coses los muñones y caminas,

no claudicas, aun cojo, no claudicas,

no tuerces la mirada, aun bizco, miras;

la bondad del titán, moral, ingente,

endereza tu ruta, tu estar libre

en mundo verdadero, aunque se hunda.

Cojo, nestórea tienes senectud,

pero conservas, roble, fortaleza,

hercúleo batallas a caballo

de Troya que está henchido de valores,

saber de buena sangre, resistencia,

saber de buena tinta, tus ideas.

© by I.M.C.

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