Si estás solo una mañana
con las moscas perezosas
posadas en tu cerebro,
girando con su zumbido
por tus sueños y deseos,
y derriten con su vuelo
el fruto de tus desvelos,
la escarcha del corazón,
hielo y fuego, cielo, infierno.
Si sacas el jugo al seso,
y vives mundos distintos,
buenos, malos, sucios, limpios,
o jadeas con figuras
de desértico espejismo,
o te rechinan los dientes
como serrucho neurótico,
o pateas instintivo,
en un gesto balompédico,
de piernas inquietas síndrome,
los penaltis del recuerdo
que pueblan la portería;
o eres feto sin placenta
de postura lateral,
que anhela no haber nacido,
quedar en claustro materno,
vivir dentro de mamá.
Nada importa, así eres tú.
Pero cúrate por dentro,
no sea tu sueño dueño
de ansiedades que te asfixian,
con tenazas de memorias.
El letargo de hibernar
en tu nórdica guarida
lo crees muerte cotidiana,
mas no se para la vida
ni te separes tú un día.
Despiértate, matutino,
del tiempo de ensoñaciones
y renueva la mochila
con dibujos y con rostros
de horizontes y de brisas,
y recarga baterías.
Si te pica la nostalgia
del futuro del pasado,
del mañana que no llega,
del ayer que ya se fue,
recuerda entre los bostezos
que el presente es lo que tienes,
un hoy que camina recto,
nuevo planeta secreto
a la espera de tus pies.
sábado, 9 de agosto de 2008
Soñador durmiente / Despierto pesadillesco
© by I.M.C.
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