jueves, 17 de julio de 2008

Olas de vida


El estanque vital que no se estanca
ondulante refluye a cada golpe
y difunde concéntricos sus círculos
cuya energía alcanza los confines
de mundos paralelos y de cuantos;
desde el suave epicentro donde cae
el gramo de dolor petrificado,
la micra del amor evanescente,
se propaga después la vibración
como cadena áurea del olímpico,
en redondel de plata y de nostalgia,
de futuro no escrito y de carpanta;
las ondas vagabundas en albero
donde el toro de sangre las recibe,
pared especular de pura carne
que devuelve la fuerza y reconduce
el susurro del chi por otras rutas.
Las motas de luz no empañan el polvo,
solamente lo bañan y acarician
cual música lejana de envolvente
sonido en el oído conocido
y en la oreja hasta ayer desconocida.
Chocolatero divo celestial
mezcla leche y cacao en la marmita,
con un tanto de azúcar y naranja,
templa con lumbre Parca cada vida,
cucharón de madera mueve todo
desde el centro a los bordes de los labios,
centrífuga existencia toblerone
del don precolombino blanco o negro,
servido más amargo, edulcorado,
en una o varias tazas según rito.
La vida más que estanque es lago grande
como el cielo azuloso, como el mar
de verde transparencia en cala oculta.
Cada brazada cuenta y reformula
las corrientes del agua subrepticia.

© by I.M.C.

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