Contigo las noches
nunca se hacen largas,
ni frías, ni tontas.
Porque tú preparas
cuanto necesito.
Porque yo cocino
cuanto deseabas.
Menú cada noche,
que no se desgasta
con rutina diaria.
Entrante: palabras;
sueños: ensalada;
vaso de saliva;
licor de sudor;
música: tu voz;
luz: mis ojos grandes;
perfume: tu aliento;
lugar: nuestra cama.
Ponme de primero
cuello con espalda,
mordisquito en dedos,
o los pies con baba.
De segundo tienes
lengua de paseo
por tu cuerpo entero,
besitos pequeños
y labios cubanos;
para el picoteo:
costillas, cosquillas,
sonrisa y jadeo.
De postre no más:
dormir abrazados.
Buena cocinera,
cocinero bueno,
me sientes cenando,
cenando te siento;
Cocinera buena,
yo buen cocinero,
me cenas sintiendo,
sintiendo te ceno.
© by I.M.C.