sábado, 6 de junio de 2009

Leprosería

En posada de leproso
se venden restos de serie,
piezas de chatarra humana
desmembradas a intemperie,
pulgares de plan perdido,
índices sin horizonte,
anulares sin anillo,
contramuslos sin cariño,
plantas de pies sin camino.
En la posada del monstruo
bailan prodigios del diablo
burros de carga, de establo,
bustos de anonadamiento,
naturalezas sin besos.
Hombre elefante pasea
con su trompa matutina
adquirida en el rincón
donde se vende el alcohol
con que de tratarse olvida,
Barbuda mujer se peina,
aunque siempre está a la greña
con quienquiera que se atreva
a mancillar su belleza,
a considerarla fea,
fea estrella, fea, fea.
Enanos miran con pena,
alta, que dice el poeta,
los cielos que centellean.
Al otro lado Hitler los contempla
hombre normal, en la media:
"¡cámara de gas serena!",
dicta para su conciencia.
En posada de leproso,
entramos todas y todos,
por eso, si un nene o nena,
considera que su temple
proviene de lo extrafino,
convidémonos, hermanos,
a entonar canto ofendido:
¡me cago en la mar serena!

© by I.M.C.

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