Jugando a definiciones
del filósofo lingüista,
alborean conclusiones
que punzan como una aguja,
como una abeja asesina.
Desde la ciencia más neutra
"imperdonable", adjetivo,
formado por un preverbio
negativo en sus acentos,
formado por un sufijo
que indica pasividad,
un poder ser afectado,
el sustantivo en la base
remite al perdón humano,
remite al perdón divino.
Recoleto significa,
sustantivado adjetivo,
todo aquello que no puede
ser sometido al perdón.
Tome quienquiera el principio
de vida que en él encierra
y reconozca, en crudeza,
imperdonable coherencia:
que quien vulneró las reglas
fina, fallece, se va,
no importa de cuanto precio
fue lo que dio en el pasado.
Sin perdón y sin clemencia,
para el yo ni los demás,
sólo existen las dos reglas
que sí impiden perdonar:
desamar, retirar besos,
o no amar, no dar lo justo.
Pues, toda conculcación
del sacro pacto de amor:
maltrato, muerte o ausencia,
mal sexo, peleas, tedio,
no da cabida al perdón.
© by I.M.C.
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