sábado, 15 de noviembre de 2008

La exclusiva materialidad del amor

Demasiados siglos llevan
los filósofos hablando
de sustancias amorosas,
quintaesencias de quereres,
sentimientos y sentencias,
intelectos de nobleza.
¿No basta naturaleza?
La mirada de terneza,
el beso de macho y hembra,
la caricia en mano tierna,
el abrazo a cuatro piernas,
montes de curvas venéreas,
el encuentro del esperma
con su cárnica caverna,
el hacer al otro digno
objeto de la querencia,
sin hacerle cosa a secas,
entidad masturbatoria.
Lo demás, en pura hipótesis,
es resuello que se pierde
por boca de quien no besa
(hablador de diente y lengua),
por mano que no acaricia
(al ser de ilustrado escriba),
por sexo de quien no folla,
(contemplador de la ascética,
paparruchas metafísicas)
por dos ojos que no miran
al cuerpo que se presenta
(contentos con su ceguera).

© by I.M.C.

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