Sobre el silencio reina un reloj nuevo,
que marca los segundos, lo primero,
luego van los minutos, horas muertas,
entonces te despiertas, con nocturna
curiosidad de zombie que transita
por las horas del sueño sin ensueño,
preguntando: "¿por qué?, o bien, "¿cui bono?".
No sabes responder a ciencia muerta,
ni puedes aportar vivencia cierta.
Hoy sigues, por cojones, coleando
y vivito de profe en tierra extraña,
donde el vulgo programa sus afectos,
donde el culto desprecia las entrañas,
donde el calor se paga, radiador,
donde verano nombra lluvia tibia,
donde pasión parece desafuero.
Cierra los ojos, siente, vive, corre,
no perfore tu piel esa amargura
poco sublime, necia, sin altura.
Sigue buscando puertos, curvas, dunas,
recodos de dulzura, sabrosuras.
Morirás, a fe mía, pero vivo.
que marca los segundos, lo primero,
luego van los minutos, horas muertas,
entonces te despiertas, con nocturna
curiosidad de zombie que transita
por las horas del sueño sin ensueño,
preguntando: "¿por qué?, o bien, "¿cui bono?".
No sabes responder a ciencia muerta,
ni puedes aportar vivencia cierta.
Hoy sigues, por cojones, coleando
y vivito de profe en tierra extraña,
donde el vulgo programa sus afectos,
donde el culto desprecia las entrañas,
donde el calor se paga, radiador,
donde verano nombra lluvia tibia,
donde pasión parece desafuero.
Cierra los ojos, siente, vive, corre,
no perfore tu piel esa amargura
poco sublime, necia, sin altura.
Sigue buscando puertos, curvas, dunas,
recodos de dulzura, sabrosuras.
Morirás, a fe mía, pero vivo.
© by I.M.C.