Entre borrachos perdidos
tartamudos, como niños,
se escuchan tristes verdades,
verdaderos desafíos.
Los hombres que tienen frío
se calientan con el vino,
que por dentro rectifica
del corazón el olvido.
"¡Alcoholismo, alcoholismo!",
dicen psiquiatras y médicos;
otros, más mediterráneos:
"gotitas de esa alegría,
que chorrea dando alivio,
bota, barril, porrón, grifo.
Con el vino, no hay racismo,
blanco, negro, claro, tinto.
La calidez añorada
se concreta en un vasito;
el fuego de la ficción,
algunos rayos de sol,
el abrazo del amigo,
recuerdo en nuevo sino,
se destilan en el líquido
que transforma los aullidos
en risotadas y gritos.
tartamudos, como niños,
se escuchan tristes verdades,
verdaderos desafíos.
Los hombres que tienen frío
se calientan con el vino,
que por dentro rectifica
del corazón el olvido.
"¡Alcoholismo, alcoholismo!",
dicen psiquiatras y médicos;
otros, más mediterráneos:
"gotitas de esa alegría,
que chorrea dando alivio,
bota, barril, porrón, grifo.
Con el vino, no hay racismo,
blanco, negro, claro, tinto.
La calidez añorada
se concreta en un vasito;
el fuego de la ficción,
algunos rayos de sol,
el abrazo del amigo,
recuerdo en nuevo sino,
se destilan en el líquido
que transforma los aullidos
en risotadas y gritos.
© by I.M.C.