Toma mi mano vieja, casi muerta,
Dame tu mano joven, no añosa ni arrugada
Que el tiempo aún no ha contristado;
Regálame esa mano, abrazadera,
Pues no soy digno de que entres en mi cama,
Señora, mas caricia tuya basta
para saber qué es bueno, bello y justo.
Conectas, sin ser diosa, con lo eterno,
abres canal de carne salvador,
tiendes con las caderas puentes vivos,
vaticinas, milagro, vicio casto.
© by I.M.C.
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