Si fuese verdad que existes,
no escribiría palabras
sobre papel de pantalla;
buscaría en los rincones
de las ciudades fantasma;
correría como el viento
para acariciar tu espalda
o levantarte la falda.
Si fuese verdad que existes,
temblaría al mirarte
hoja suelta, hierba joven,
soplido de azúcar glas,
lágrima de alegría;
mi vida seguiría,
como sigue;
pero ¡qué diferente!
Las canciones que no canté,
los versos que sí escribí,
los sueños amotinados,
todos ganarían voz,
saldrían del punto en coma.
Si fueses de verdad,
la verdad serías tú.
Y sé, sin ciencia ni conciencia,
que los dos nos fundiríamos enteros,
en un mar sin dependencia ni reproches.
Y que tú sabrás, cuando llegue el momento,
quién te escribe estas líneas sin botella,
esta nota de amor cuyas arrugas
se alisan en los cables computados;
esta nota que nada entre el silencio
y gritos de teclado, inmensa red.
© by I.M.C.