domingo, 2 de noviembre de 2008

Modos del tiempo

El tiempo cronológico nos dice

con lógica aplastante, irrefutable:

los años que se cumplen quedan lejos,

mayoría de edad, licenciatura,

carné de identidad matriculada:

la madurez ficticia que se compra.

“Yo ya viví, sufrí, ya sé que sé,

no pretendas, amigo, dar lecciones,

que en mi vida yo soy protagonista,

dueño de mi presente, de mi sino”,

normalmente especial, un ser distinto,

busco cumplir los retos que me imponen,

discurrir por la vía del mar muerto,

domado en un canal de aguas fecales:

me compraré una casa en la que aloje

mi pobreza de espíritu, mis fantasmas,

alguien que no conozco mas me acepta,

recuerda con su tacto algo cercano

al amor de verdad, al que te nubla;

casaré mi futuro a una hipoteca,

esa será sustancia, esa mi esencia;

los niños vendrán luego, y transigencia,

infidelidad mutua en pensamiento,

auxilio en los sentidos que motive,

luego tendréis, quizás, nadie lo sabe

secretos en alcobas hoteleras,

amantes de otros mundos paralelos;

el precio del silencio os hará libres

de compartir colchón sin medio beso.

Compraré familiares coches grandes,

juguetes de los niños, cien pañales,

perpetuaréis la especie con querer,

sin querer, por temor a soledad;

andaréis los caminos más trillados,

opciones ya prescr itas desde antiguo,

pensaréis en dinero y en la herencia

de la abuela y los hijos, la genética;

osad con osamenta en rebeldía,

a machetazo limpio entrar en selva,

emborronar de tinta lienzos nuevos,

describir trayectorias subatómicas,

andar sin recostarse en poyo apoyo.

El tiempo cronológico limita,

circunscribe la vida a margen, tedios;

el devenir biológico sojuzga

a quien castiga en cuerpo el odio ajeno,

a quien devora muerte en lata abierta;

el devenir biológico libera

a quien se pule verdes estructuras,

a quien sonríe al mundo, aunque le duela.

El tiempo de oucronía es el presente,

el que está sin estar, el que cabalga,

de eternidad dudosa, pero cierta;

el que permite hacer una escultura

de proyectos sin tacha y convertirlos

en un sendero propio que florezca,

por el aroma loco a independencia,

libertad del filósofo, del solo,

fortaleza del duro de ternura,

abanico infinito de personas,

abanico infinito de objetivos.

© by I.M.C.

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